Fórmula Fundamental
En una familia, como en una empresa o en un país, tenemos unos ingresos y unos gastos. La fórmula económica para garantizar una buena gestión no es muy diferente en los tres casos: «Gastar menos de lo que ingresamos».
Esta regla, que parece muy sencilla, puede cambiar radicalmente nuestra manera de gestionar el dinero y nuestra economía familiar. Es muy importante tener esta fórmula en la cabeza, iremos viendo por qué.
Para conseguir cuadrar esta fórmula, menos gastos que ingresos, tenemos dos opciones:
1. - Ganar más dinero: Está claro que si conseguimos un aumento de sueldo, o nos cambiamos a un trabajo mejor, vamos a conseguir mejorar nuestra economía, al menos durante un tiempo. Sin embargo, esto, en muchas ocasiones, o no está en nuestra mano o no es algo inmediato. Gastar con la previsión de ingresos superiores a futuro es un riesgo muy grande para nuestra economía.
2. - Reducir los gastos: Esto sí está en nuestras manos y puede ser algo inmediato. Cuando te dicen que hay que reducir los gastos, lo primero que piensas es que es imposible, todos tus gastos son necesarios, aún más, imprescindibles; si no lo fueran no los tendrías. Yo simplemente te pregunto ¿de verdad sabes en qué gastas tu dinero mes a mes? No respondas tan rápido, ¿seguro? Lo veremos en el capítulo «¿Dónde va mi dinero?». Y tal vez te sorprenda…
Como ya hemos comentado en capítulos anteriores, nuestra capacidad para crear necesidades es infinita, en cuanto ganamos más dinero generamos nuevas necesidades que se encargan de gastar la diferencia.
Así pues, la mejor manera de mantener nuestra fórmula económica equilibrada es reduciendo los gastos que realmente no son importantes, gastos que no aportan nada a nuestra felicidad.
Pero, como pasa en las empresas, para poder actuar sobre los gastos debemos conocer en qué nos gastamos el dinero. Es muy importante saber en qué necesidades gasto dinero y cuánto en proporción con el resto, así podremos saber si realmente estamos gastando en lo que nos interesa y nos hace felices.
Debemos poner prioridades, y estas prioridades deben concentrar la mayor parte de nuestro gastos, optimizados de la mejor manera posible, pero centrándonos en lo que es importante para nuestra calidad de vida y nuestros objetivos.
Así que, lo primero y más importante, debemos conocer cuánto ganamos, cuánto gastamos, en qué, qué es realmente imprescindible; en definitiva, debemos preparar nuestro viaje, un viaje hacia la independencia y libertad financiera.